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¿Será verdad?

Ap.12 Las selañes del cielo

La mujer (Israel), el dragón (Satanás), el Hijo (el Mesías Jesús ) Conozca a verdad para que nadie lo engañe. El segundo y útimo intento del Querubín caído y sus demonios para tomar por asalto el trono del Hijo de Dios. Su derrota a manos del arcángel Miguel y sus ejercitos. Las consecuencias de su derribo y su confinamiento al planeta tierra.     Israel y el inicio de la segunda parte del período de la tribuación Solicte gratis este libro a ricardoarias349@gmail.com Estamos para servirle, bendiciones del Vencedor del Calvario, Jesús, el Mesías de Israel

Capítulo 5 El título de propiedad de la tierra


 




El título de propieda de la tierra

E

s maravilloso observar la cómo se va desarrollando la cronología profética en el libro de las Revelaciones. Luego de haber dedicado el capítulo cuatro al Dios de la creación. Ahora comienza el cinco dedicado al Dios de la salvacion. Toda la historia comienza en Dios, está absolutamente bajo el control de la soberanía de Dios y terminará según la voluntad de Dios. Este capítulo cinco continúa con la visión del trono de Dios del capítulo cuatro. No puedo dejar de preguntar si la visión que tenemos delante en Ap.4-5 es la misma visión que se le dio al apóstol Pablo, a la cual él se refiere brevemente en su segunda carta a los corintios donde describe su experiencia de haber sido arrebatado al paraíso y de haber oído palabras indecibles que no podía expresar por mandato divino

“Conozco a un hombre en Cristo, que hace catorce años (no sé si en el cuerpo, no sé si fuera del cuerpo, Dios lo sabe) el tal fue arrebatado hasta el tercer cielo. Y conozco a tal hombre (si en el cuerpo o fuera del cuerpo no lo sé, Dios lo sabe) que fue arrebatado al paraíso, y escuchó palabras inefables que al hombre no se le permite expresar” (2Co.12:2-4)

Siempre al meditar sobre este trecho bíblico me pregunto los argumentos Divinos esgrimidos por el Espíritu Santo para que el apóstol Pablo reciba la orden de encriptar su visión y porqué al apóstol Juan se le ordena que escribe lo que se le muestra (Ap.1:19).      

El profeta Juan vio la misma visión, pero dándole a él la oportunidad de escribir y lo podemos leer en el libro del Apocalipsis. Los capítulos cuatro y cinco en realidad no deberían estar divididos y resulta desafortunado que lo estén, pero en esencia, van juntos y de esta manera hay que estudiarlos. Es necesario recordar que el profeta Juan comienza una nueva sección con el capítulo cuatro con las palabras “Después de esto” (Ap.4:1). La frase en griego es “meta tauta” (meta tauta), quiere decir “después de estas cosas”. La pregunta es “¿qué cosas?”. El contexto se refriere al rapto de la Iglesia que sucede al final del capítulo tres e inmediatamente antes del inicio del cuatro. La frase “meta tauta” abre y cierra este versículo en el griego original.

A fin de entender lo que ocurre en el capítulo cinco, debemos entender y recordar el cuadro que tenemos en el capítulo cuatro.  Sentado en el trono está Dios el Padre, rodeando al trono hay un arco iris de color esmeralda; y sentados alrededor del trono hay 24 ancianos representando a la Iglesia de Jesucristo que fue arrebatada. Del trono salen truenos, relámpagos y voces, significando el juicio que a punto está por desatarse sobre el planeta tierra y todos sus moradores. Extendiéndose delante del trono hay un mar de cristal, indicando la separación entre todas las demás criaturas, los ángeles y Dios. En medio del trono hay cuatro seres vivientes que son los seres angélicos especiales de Dios. Estos ángeles no descansan ni de día ni de noche de alabar a Dios, y los 24 ancianos, cuando oyen la voz de los ángeles se postran sobre sus caras y ellos también adoran al que vive por los siglos de los siglos. Al comenzar el capítulo cinco notamos que algo ha llegado a ser parte central en este capítulo que no habíamos tenido delante de nuestros ojos en esta escena del cielo antes. 

Vs.1 Y vi:

La primera palabra del capítulo cinco es “Y”, conectando de esta manera con el fin del capítulo 4. A fin de entender lo que ocurre en el capítulo cinco, debemos recordar el cuadro que tenemos en el capítulo cuatro. En griego, este pasaje comienza con la palabra griega “kai” (kai, que por lo general se traduce como “y”, o “entonces” como lo traduce la Reina Valera).

en la mano derecha del que estaba sentado en el trono:

                                                                                                      No hay ningún tipo de dudas acerca de la identidad de quién es el que está sentado en el trono, es Dios, el Padre. La mano derecha sugiere una posición de autoridad, de gran y enorme importancia, en griego es “epí tén dexián (epi ten dexian, literalmente “sobre la diestra”). Indica absoluto dominio y control de lo que se tiene en esa mano. Representa la bendición del primogénito (Gn.48:13-18), la posición de honra en presencia del rey (1R.2:19) y la fuerza victoriosa (Job.40:14; Is.63:13-14). La sabiduría retiene, en su mano derecha, el poder para prolongar la vida (Pr.3:16). La mano derecha de Dios representa, frecuentemente, su poder para establecer, proteger, rescatar a su pueblo (Sal.80:14-15; Is.62:8). Por otro lado, de la mano derecha de Dios vienen los castigos para sus enemigos (Hab.2:16). El rey escogido para gobernar a su pueblo es descripto como “fuera un anillo en mi mano derecha” (Jer.22:24).

         Es la mano del juramento inmutable de Dios a favor de los fieles (Is.62:8, comp.He.6:13-20). Los reyes aseguraban el cetro de autoridad en su mano derecha (Mt.27:29). Fue en la mano derecha que el Señor Jesús sujetaba las siete estrellas (Ap.1:16; 2:1). Es la mano en la marca de la Bestia colocará a sus seguidores (Ap.13:16-17). Se puede concluir que el Dios Todopoderoso aseguraba con su mano derecha una demostración de su autoridad por la cual daría poder a su Ungido para proteger a su pueblo fiel y castigar a sus enemigos. Esto es lo que se encontrará en los siguientes capítulos.

         Es interesante notar que el profeta Juan hace mención del trono de Dios en 18 de los 22 capítulos del libro de las Revelaciones. En realidad, de las 62 veces que aparece la palabra “trono” en el Nuevo Testamento, 47 de ellas se encuentran el libro de Apocalipsis. Fuertes tendencias de juicio caracterizan el Apocalipsis, no solo por esta visión tan sorprendente, sino por toda la terminología de juicio involucrada (por ejemplo, 6:10; 11:18; 15:3; 16:5-7; 18:8; 19:2,11). El juicio temporal de la venida de Cristo, que concluye dramáticamente definitivamente la era tipológica del Antiguo Testamento (vs.11.1; 2:19; 21:22), está dirigida desde el trono del universo.

un libro escrito por dentro y por fuera:

                                               Al profeta centra su atención en lo que sostiene Dios el Padre en su mano derecha, “un libro” (en griego biblion, biblion, librito), porque a la sazón de esta manera se enrollaban los antiguos testamentos romanos. Antiguamente los libros de aquel entonces consistían de una larga tira de papiro o pergamino escrita en columnas, que se enrollaban en torno a una varilla horizontal (Ap.6:14) y de iba desenrollando sucesivamente conforme se avanzaba en su lectura.

         Generalmente estaba escrito sólo por la cara interior, pero a veces se escribían en el exterior (un ejemplo de ello se encuentra en el manuscrito apócrifo 4 Esdras 2:9ss) y entonces se llamaban “opistógrafos” (del griego ópisthen, opisthen, que es el vocablo que aquí figura para significar “al revés”). Este rollo que ve el profeta Juan era de la clase opistógrafo.


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