El caballo rojo y su jinete
“Cuando
abrió el segundo sello, oí al segundo ser viviente, que decía: Ven y mira. Y
salió otro caballo, bermejo; y al que lo montaba le fue dado poder de quitar de
la tierra la paz, y que se matasen unos a otros; y se le dio una gran espada” (Ap.6:3-4)
ntes
de empezar con el caballo rojo y su jinete es necesario repasar la historia más
amplia que se presenta: el período de siete años de agitación mundial, juicio y
salvación sin precedentes conocido como el período de la tribulación. Es muy
necesario entender y comprender que Ap.6-19 no presenta un orden cronológico
simple. Algunos pasajes describen eventos terrenales y otros celestiales.
Algunos miran hacia adelante, otros miran hacia atrás. Algunos son paréntesis,
informándonos de personajes y eventos clave (Ap.13:18; 14:1-5), ayudas
alternativas (Ap.17:12-13), principios claves de la vida (Ap.13-10; 19:10;
22:8-9), y exhortaciones a la fe, la justicia y la preparación para la Segunda
Venida en gloria del Mesías Jesús.
Al profeta Juan se le mostró tres
series de juicios: siete sellos, siete trompetas y siete copas, cada uno más
severo que su predecesor. Estos juicios ocurren durante siete años, la última
semana de 70 semanas de años divinamente predeterminados para terminar la
historia de Israel y lanzar el reino milenial (Dn.9:24-27). Esta semana se
divide en dos mitades, cada una de tres años y medio. La primera mitad como la
tribulación (Ap.6-7), es caracterizada por problemas generales sin precedentes
en todo el mundo causados por los primeros cuatro sellos (Ap.6:1-8). La segunda
mitad, la gran tribulación (Ap.8-19), trae los juicios más severos de las
trompetas y las copas (Ap.8-9,16). ¿Por qué más severo? “La ira del Cordero”
es grande porque todas las naciones, a excepción del remanente creyente de
Israel en el Mesías Jesús, estarán adorando a la bestia, el Anticristo. Este
junto al falso profeta estarán persiguiendo a los santos de la tribulación.
Un
repaso breve de la historia:
Después
que los verdaderos cristianos hayan sido arrebatados repentinamente a los
cielos, un caos sin precedentes envolverá brevemente al planeta tierra. Las
personas en todas partes quedarán atónitas por la partida de parientes y
conocidos cristianos puntos las empresas y las industrias se detendrán,
provocando un quiebre económico de todas las bolsas de valores a nivel mundial.
La logística fallará, dejando a muchos sin alimentos ni suministros médicos
esenciales. Con el espectro de la anarquía y el saqueo acechando, los gobiernos
se verán obligados a imponer ley marcial y los toques de queda. La vida tal
como se la conoce quedará en suspenso mientras una humanidad aterrorizada lidia
con esta temporada de conmoción tratando de volverse a poner en pie.
El anticristo y su falso profeta usarán
todos los medios de comunicación disponibles rápidamente para tratar de dar una
explicación por la desaparición de millones de cristianos y las tumbas vacías
abiertas por todo el mundo. Por inteligente que sea esta explicación no
satisfará a los observadores razonables. Se darán cuenta que lo que ha sucedido
es inexplicable desde todo punto de vista que no sea la fe cristiana: millones
de cristianos que habían testificado abiertamente que el Señor Jesús vendría a
buscarlos, de repente, por todo el mundo han desaparecido. Durante esta
interrupción mundial, el Cordero, convertido en el León de la tribu de Judá,
abrirá el primer sello en los cielos (Ap.6:1-2).
Aprovechando del caos mundial, un líder
europeo se convertirá en el Anticristo de Satanás y se moverá inmediatamente
para comenzar a establecer un Nuevo Orden Mundial. Llegará primero al poder
político de su propia nación y luego, a la presidencia del Nuevo Imperio Romano
Revivido, formando una federación de diez naciones (Dn.2:33,41-43; 7:8,20).
Desde esta posición de poder negociar un tratado de paz de siete años con la
nación de Israel y también con otras naciones. La firma de este pacto en la
ciudad de Jerusalén para que oficialmente comience el período de la tribulación
(Dn.9:27). El anticristo se comprometerá a defender Israel de cualquier ataque,
pero sus promesas son falsas ya que Dios llama a esto “un pacto con la
muerte y con el Seol” y “un refugio de mentiras” (Is.28:15,17-18). Esto es pacto también autorizará a
los judíos a la reconstrucción del tercer templo y la reanudación de su culto
sacrificial en la ciudad de Jerusalén. Debido a que las naciones árabes y
musulmanas han sido derrotadas por Israel (Sal.83; Ez.38-39) no podrán ofrecer
algún tipo de resistencia ya que las dos guerras perdidas los han sumido en
terribles crisis.
Gracias a esto, el Anticristo podrá poner fin al largo conflicto
palestino-israelí y tras la tan anhelada paz al Medio Oriente; la bestia será
aclamada como el consumado hombre de paz.
Sin embargo, cuando el Mesías libere
los próximos tres sellos, tres naciones europeas se rebelarán contra el
gobierno del Anticristo al darse cuenta que han sido engañadas vilmente. En un
rápido movimiento militar como a qué hará empalidecer a Blitzkrieg alemán (guerra
relámpago) de la Segunda Guerra mundial, destruirá estas tres naciones con
misiles nucleares. Las consecuencias de esta guerra severa en una hambruna como
enfermedad pandémica y muerte a una escala jamás conocida por el ser humano. La
profecía dice que la cuarta parte de la población mundial existente en esa
época morirá (Ap.6:8). Simultáneamente, aparecerán dos hombres en la ciudad de
Jerusalén, que se convertirán en los dos testigos de Dios, que denunciaran que
el pacto qué hicieron los judíos con el anticristo es un pacto de muerte (Is.28:15,17-18).
Esta fuerte denuncia hará posible que el Espíritu Santo selle y convierta a
ciento cuarenta y cuatro judíos, doce de cada una se las tribus de Israel
“Y
otorgaré autoridad a mis dos testigos, y ellos profetizarán por mil doscientos
sesenta días, vestidos de cilicio. Estos son los dos olivos y los dos
candelabros que están delante del Señor de la tierra” (Ap.11:3-4)
Estos
judíos jóvenes y solteros convertidos y comisionados dramáticamente a raíz del
rapto de la Iglesia producían un gran despertar en Israel y un avivamiento a
nivel mundial jamás visto en la historia de la Iglesia. Todo esto ocurrirá en
los primeros nueve meses del período de la tribulación. El Evangelio que
anunciarán no será el Reino de los cielos, sino del reino terrenal de Dios (que
es la inminencia la instauración del reino milenial del Mesías). Esto hará que
comience a cumplirse la profecía del profeta Zacarías dónde dice que hay
multitudes de personas de todas las naciones del mundo Irán Israel buscando
urgentemente la salvación en Jesús, el Señor
“Así
dice el Señor de los ejércitos: «Y será que aun vendrán pueblos y habitantes de
muchas ciudades; y los habitantes de una irán a otra, diciendo: “Vamos sin
demora a implorar el favor del Señor, y a buscar al Señor de los ejércitos. Yo
también iré”. Y vendrán muchos pueblos y naciones poderosas a buscar al Señor
de los ejércitos en Jerusalén y a implorar el favor del Señor». Así dice el
Señor de los ejércitos: «En aquellos días diez hombres de todas las lenguas de
las naciones asirán el vestido de un judío, diciendo: “Iremos con vosotros,
porque hemos oído que Dios está con vosotros” (Zac.8:20-23)
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Estamos
para servirle, bendiciones del Vencedor del Calvario, Jesús, el Mesías de
Israel
